martes, 13 de abril de 2010

Bienvenido...

Hola, seas quien seas: hombre o mujer, niño o anciano, dios o demonio, "freak" ignorante o sabio ilustrado, lechón-de-alta-alcurnia o vulgar-tocino-vietnamita...todos sois bienvenidos a este recóndito espacio perdido e indeterminado entre las infinitas montañas del www. Si estais leyendo estas palabras es porque, o bien habréis recibido cientos de e-mails amenazadores sobre vuestra integridad física y moral, o bien porque alguien muy amablemente y con gran criterio os habrá recomendado este blog. Dudo que se trate del segundo caso.
Antes de pasar a las cuestiones principales, una advertencia: es la primera vez que escribo un blog. Para ser franco, es probablemente la primera vez que escribo desde esos eternos veranos rellenando en los cuadernillos Rubio diversas frases lapidarias como: "Mi mamá me mima", " Pedro come pipas", y demás sutileza intelectual tremendamente edificante.
Por ello, no esperéis un despliegue literario apabullante, ni un léxico pulido (innovador en todo caso, por la cantidad de palabras inventadas o mal escritas que encontraréis, eso sí). No os dejéis engañar por alguna palabra elegante que podáis encontrar, sin duda es puro azar.
Solo diré que mis primeros intentos delante de la pantalla en blanco fueron bastante infructuosos: unos 2 minutos después de haber situado el cursor sobre la casilla de "titulo de la entrada", ya había cerrado el blog y abierto la página porno. Así que después de días y días (con sus respectivas noches) de honda reflexión, meditación budista, varias partidas de blackjack online, innumerables amores y desamores imaginarios, unas cuantas visitas más a pornhub, y la inestimable ayuda de mi buena amiga mescalina, por fin ha llegado el momento de la "overture".
Pues bien, solo queda lo evidente: ¿qué diablos me ha llevado a emprender un proyecto tan ambicioso para una pobre mente como la mía? El tiempo libre no, desde luego. Tal vez sea la oportunidad de expresar mis opiniones acerca de la sociedad o la actualidad (hoy en día ya nadie se para a escuchar los desvaríos de un pobre drogadicto). O quizás se deba a la obligación intelectual de exaltar aquellas obras musicales, literarias, y en definitiva artísticas, que nos pueden aportar mucho más de lo que pensamos... Incluso en ocasiones, ambas vertientes convergerán. Pero no solo eso; ya que me considero un nuevo hombre del Renacimiento, cada cierto tiempo animaré estos parajes con abundante material de género muy diverso: canciones sobre vaginas voladoras, cuentos tradicionales (como aquel del chico al que todo el mundo abrazaba, y un día cogió una recortada y se los cargó a todos), mitos y leyendas sobre la reencarnación del hombre perfecto en el cuerpo de una albondiga con gomina... Lo que más me gusta de esto es que, escribas lo que escribas, pareces culto (algo de lo que yo precisamente no puedo presumir).
Aunque sigo pensando que el principal motivo de crear este blog es el mero hecho de que la gente me hable. Si, es duro admitir que las únicas personas que sienten aprecio por mí sean mi perro y el Principe de Beukelaer. Pero basta leer un simple comentario para que mi vida vuelva a llenarse de ilusion, a recuperar su sentido... Insultadme, machacadme cual saco de boxeo, os estaré eternamente agradecido.
Sin más, y tras haberme excedido unas cuantas líneas más de lo previsto (lo que demuestra un progreso importante por mi parte, o al menos eso me ha dicho mi educador social), me dispongo a preparar y conspirar sobre mi próxima entrada, la cual ya será propiamente una entrada de blog. El parlamento de los grajos queda oficialmente abierto al público...